La luna trasera es el cristal que se encuentra en la parte posterior del coche, justo detrás de los asientos traseros.
Permite la visibilidad hacia atrás, protege el interior del vehículo y, en muchos modelos, incluye la resistencia para el desempañado.
Una luna trasera dañada o rota reduce la visibilidad y la seguridad, y debe sustituirse cuanto antes.
